En sus ojos se refleja tal
vez todo lo que una persona pudo, podrá y seguirá viviendo. En sus ojos tal vez
se pueda ver reflejado el cielo, más no lo que hay dentro. En sus ojos,
aquellos que se empañan de lágrimas, se puede ver reflejada la experiencia de
cada año.
El tiempo le cobra factura,
y eso se puede ver en cada arruga de su blanca y tersa piel.
Mientras se pone aquella
bata blanca, no puede aguantar las lágrimas. Está cansada y por cada paso que
da, pareciera ser que se le rompiera el corazón a pedazos.
Mientras avanza por el
pasillo infestado de enfermos, no puede evitar sentirse mal con ella misma.
Mientras avanza por el pasillo, no puede evitar llorar.
El Policlínico Peruano
Japonés es testigo de cada lágrima que derrama. Se siente mal con ella misma.
Se siente mal pero al mismo tiempo es valiente. Parada delante del cuarto en el
cual le propinan un poco de vida, ella no agacha la cabeza para nada.
El doctor la mira, tal vez
sintiéndose culpable. Cada quimioterapia es un suplicio para ella.
Según palabras del mismo
doctor, la persona que tiene cáncer ya está condenada desde un principio; lo
único que puede hacer es tratar de llevar una vida mejor, absteniéndose de
cualquier vicio, sentimiento o forma de vida que implique la aceleración del
mal mismo obteniendo como resultado, la muerte.
Antes de ingresar, por su
cabeza pasan más de un millón de pensamientos. Esa cabeza de ella, con los
pocos rulos que aún le quedan, no puede evitar degradarse de negro a blanco
cada que ingresa. Tal vez piensa que dentro de poco tendrá que usar una
pañoleta para cubrir la calvicie que delata su mal. A ella parece no
importarle, lo que de verdad le importa es cuando se acabará aquella rutina que
en vez de curarla, pareciera ser que le resta un poco más de vida.
El doctor se percata de su
presencia y la hace pasar. Entre ellos dos queda el secreto de lo que sucede
adentro. Entre ellos dos quedan las conversaciones, sentimientos y pensamientos
expresamente dichos de cada uno.
Al salir del cuarto,
necesita ayuda. No puede avanzar sola y el cuerpo le vence. Sus manos se
vuelven débiles y ya casi ni ella misma puede sujetar el bastón. Sus piernas
tambalean y parece que en algún momento se romperán. Se coge el pecho y vuelve
a partir en llanto. Se coge el pecho mientras lo oprime con fuerza. Se coge el
pecho para sanar su herida de guerra.
Dicen que la procesión uno
mismo la lleva por dentro. Ella ya parece estar cansada de callar y otorgar. Es
sobreviviente de una batalla la cual casi le cuesta la propia vida. La herida
que tanto oprime y tanto parece cubrir es el vestigio de lo que quedó de
aquella batalla.
Como es de saber, en cada
guerra un bando tiene que perder, pero siempre dejará alguna herida como
reflejo de que batalló hasta el final. Eso es lo que el cáncer le dejo a ella.
La dejó sin un seno.
Ella no se avergüenza. Para
sus 67 años de edad, aún quiere seguir peleando. Por más que el cuerpo ya no le
quiera brindar fuerzas, todavía tiene la convicción de que no morirá hasta
ganar la guerra.
Nunca se retractó de las
decisiones que tomó. Nunca supo dar rienda suelta a sus deseos y siempre otorgó
lo que la gente quería. Nunca siguió sus sueños y solo se acomodó a lo que sus
padres le pudieron dar. Ahora se arrepiente tremendamente por no disfrutar la
vida. Por eso es que ahora ha decidido vivir con todas las ganas que le sean
posible y evitar sentirse agobiada por aquel ente que no quiere abandonar la
partida, pero ella sabe que tampoco le dejará conquistar la guerra.
Así es como en sus ojos no
solo se refleja dolor. Sus ojos también proyectan las inmensas ganas por seguir
arrebatando un poco más de vida al destino. Ella ya no piensa en otra cosa que
vivir. Desea que, de alguna tonta manera, mirando al cielo, Dios será todo
piadoso con ella y mientras duerme le obsequiará un poco más de fuerza,
valentía y vida.
Por Anthony Auris
es una buena crónica de vida , nadie esta libre de nada, incluso las enfermedades que pueden cambiar toda una vida, sigue así redactando que lo haces muy bien .. suerte ..
ResponderEliminarEs inevitable derramar una lágrima mientras lees esto. Me parece una excelente crónica, la valentia que tiene esta mujer es impresionante y hatsa envidiable. Sigue así Auris. Éxitos.
ResponderEliminarMuy buena crónica, esa mujer tiene mucho valor y es una luchadora.
ResponderEliminarme hiciste llorar :(
ResponderEliminarEl cáncer es una enfermedad que cobra vida de inocentes :c A SEGUIR LUCHANDO Y OJALÁ VALOREMOS LA VIDA.
ResponderEliminarEs muy conmovedor y se me hace imposible no derramar lagrimas :( y bueno es increible como una mujer puede llegar a ser tan fuerte ante esta enfermedad.
ResponderEliminarMe gusto mucho la redaccion, muchos exitos
esta crónica muestra una gran mensaje de reflexión para que las personas no pierdan las esperanzas ante nada
ResponderEliminartony, lei tu trabajo me parece super interesantee de verdad, pues esta cronica lo vemos siempree, muchas personas en nuestro pais sufren de dicha enfermedad y por circunstancias de la vida ay veces perdemos la fe o las fuerzas, deberia existir mucho mas de ello donde nos enseñe a todos a valorar la vida y a saber cuidarnos y llevar una adecuada alimentacion y sobre NUNCA PERDER LA FE.
ResponderEliminarUna mujer que lucha así tenga los problemas o adversidades que tenga, y con las ganas de seguir viviendo a pesar de las pocas esperanzas que tienen la mayoria de mujeres con cáncer vale toda la admiración que puede generar una persona.
ResponderEliminarReflectivo e interesante Blog :) SALUDOS.
es verdad!!!!!!!!!....... que vivan todos las mujeres
ResponderEliminarMuy buena crónica , es muy conmovedora , nadie esta libre de esta enfermedad ya que el cáncer no distingue clases , ni colores , etc. Y lo que importa es saber luchar contra las adversidades que te depara el destino y nunca perder esa fe que todo en el fondo tenemos , felicidades :3
ResponderEliminarEl cáncer se ha robado tantas vidas de inocentes que es inevitable llorar ante el sufrimiento que demuestra esta admirable mujer. Todos deberíamos tener esas ganas de vivir porque uno nunca sabe en q momento partiremos de este mundo. Buena crónica, bella manera de contar tan triste historia :)
ResponderEliminarUna historia más que refleja cómo el cáncer no es un obstáculo para esta mujer. Tantas personas quejándose por problemas menores pero no se ponen a pensar en aquellos que están condenados a vivir con tratamientos, quimioterapias y medicamentos. Aprendamos a valorar las pequeñas cosas que la vida nos otorga. :)
ResponderEliminarPaciente con enfermedad terminal que es el cáncer; muy buena crónica de vida, me conmovió.
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