
Ya eran las doce del mediodía sigo caminado y veo que por la avenida Alfonso
Ugarte con jirón quilca veo que en los colegios que habían cancelado sus clases por el pase del señor de
los milagros y como siempre el director haciendo trabajar a algunos profesores
demás encima no les paga. También los ambulantes no se quedan atrás como
siempre aprovechando el momento para poder vender sus alimentos otros juguetes
etc. Ya eran las seis y media a lo lejos se podía ver una gran masa que se
acerca lentamente liderando la imagen del señor de los milagros y con sus
Devotos detrás de él algunos arrojando flores otros llorándole. Pidiendo por su
salud, por su negocio etc. A medida que va avanzando el señor de los milagros
la gente se va acumulando es todo un caos. Algunas personas caen por falta de
oxigeno. Yo también no podía respirar para poder caminar era difícil muy angosto
encima por mi baja estatura aun más no podía ver.
Se escuchan a lo lejos los cánticos de
las mujeres pertenecientes a la hermandad, llevan el clásico hábito morado, más
adelante las sahumaduras cantan o rezan o el rosario. La banda que se hace
presente, la cuadrilla de emergencia en caso de que ocurra una desgracia por el
tumulto. Y en el anda del milagroso Cristo Moreno se mese por las viejas calles
de Centro de Lima. Las emociones encontradas que algunos lloran y otros gritan
“qué viva el Señor de los Milagros”, mientras que otros esperan desde el balcón
de sus casas para aventar flores y bendiciones al paso del Señor.
La
imagen del Cristo Moreno sigue avanzando
y yo tengo que partir. Han sido más de ocho horas en las que he visto rostros e
imágenes que he transmitido en estas líneas.
Al
buscar un paradero veo cómo los ambulantes se han ubicado en las calles
aledañas y en las brasas se empieza a sentir el aroma del anticucho. A lo lejos, un señor me invita a probar “sin compromiso” su turrón.
Tengo hambre pero sigo mi camino reflexionando sobre mi fe, la que muchas veces
tenemos pero que nos cuesta encontrar.
Por: Jorge Guerrero
muy buena crónica, quién no ha visitado al señor de los milagros. Gracias a tu trabajo haz hecho que no es posible ir a la misma procecion para sentir esa sensación ,ya con tus palabras y descripciones , haces que los lectores se trasladen al lugar de los hechos, gracias y espero sigas deleitándonos con esas crónicas. Suerte
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